Resulta sorprendente la ligereza y el escaso pudor a la hora de dar cifras o porcentajes por parte de nuestros representantes políticos o institucionales cuando se les pregunta sobre la afluencia de personas a un concierto o una feria, o por la ocupación de nuestros alojamientos turísticos. Si disponemos de información estadística por el número de entradas vendidas por ejemplo, si estamos en disposición de permitirnos difundir a los cuatro vientos el éxito del evento organizado con la masiva e inusual afluencia de público, como ha sido el caso del concierto de Melendi organizado por el ayuntamiento de Almazán; por el contrario, cuando se trata de eventos gratuitos sin ningún control en la afluencia de público, es preferible obviar las cifras, en la mayoría de los casos exageradas, para hacer un balance más descriptivo y apoyado por ejemplo en la valoración de los negocios que se han podido beneficiar de dicho evento o la percepción subjetiva de los asistentes.
De la misma forma sucede cuando hablamos de ocupaciones del sector hostelero en nuestro provincia, sabemos que estas son fechas propicias para que los medios de comunicación escasos de noticias, soliciten este tipo de información estadística, que se basa en la mayoría de los casos en un contacto aleatorio con algunos establecimientos, que nos sirven posteriormente para grandes titulares, como la manida frase año tras año, de que Soria presenta una ocupación entre el 95 y el 100% en el fin de semana del quince de agosto.
Considero que es mucho más positivo trabajar para tratar de ir mejorando entre todos cifras contrastadas y cuantificadas negativamente, en todos los casos impresentables para cualquier territorio que aspire a un desarrollo de sus ciudadanos, me refiero en primer lugar a nuestros datos de despoblación que nos equiparan a cualquier desierto demográfico, sin olvidar nuestras cifras vergonzosas cuando hablamos de número de autovías o líneas de ave que pasan por nuestra provincia, pero en todos los casos debemos exigirnos ser sumamente rigurosos