Estamos habituados últimamente a utilizar el término NINI para hacer referencia a la población más joven en edad escolar, que por desgracia ni trabaja ni estudia, y que se ha ido incrementando de forma exponencial estos últimos años de la mano de la galopante crisis económica en la que estamos sumergidos.
Si bien, el término podría encajar perfectamente en la cruda realidad de nuestra provincia en cualquiera de los sectores de actividad que nos detengamos y sobre todo si ponemos nuestra mirada en el medio rural.
Estamos asistiendo atónitos como se hace girones un territorio que ha pervivido durante décadas soportando la triste agonía de una población cada vez más envejecida, pero que iba saliendo adelante con el empuje de unos pocos que apostaban y creían en el desarrollo de sus pueblos. Todo esto se está yendo al traste, porque los embates de la fuerte recesión económica han incidido fundamentalmente en las pequeñas y medianas empresas del medio rural, que mantenían ese equilibrio socioeconómico que hacía pervivir el dinamismo en el territorio.
La sensación de impotencia se está adueñando de nuestro pueblos, que ven cerrar la puertas a esas empresas familiares que eran su motor económico, que habían sabido aprovechar los recursos locales, en unos casos procedentes de la propia naturaleza, como la agricultura o los recursos forestales, en otros casos aprovechando su situación privilegiada que favorecía actividades relacionadas con la hostelería y el turismo, sin olvidar, esas empresas procedentes de otras regiones y a veces de otros países, que aprovechaban la buena disposición económica de las administraciones para asentarse en nuestros polígonos, aunque siempre con el temor a verlas emigrar por interés sus cuentas de resultados.
Las expectativas no son nada halagüeñas para los inicios del nuevo año, ni autovías ni seguramente ferrocarril en nuestra provincia, ni una estructura asistencial y hospitalaria, ni unos centros de formación distribuidos por el territorio, ni una apuesta firme de nuestras administraciones por el desarrollo rural y por la ordenación del territorio, y tristemente en muchos pueblos ni un vecino con el que poder hablar.