Siendo una de las pocas actividades económicas que está aguantando el tirón de la crisis, se constata la debilidad de determinadas acciones relacionadas con el sector turístico, en especial todo lo que hace referencia a las ferias de turismo nacionales, regionales, provinciales y locales, sustentadas en la mayoría de los casos por fondos públicos, y que escondían en la mayoría de los casos un vacío de contenido y de negocio turístico que realmente debería ser el objetivo de estos eventos.
Los recortes en los distintos departamentos de las administraciones públicas han repercutido en primer lugar en la viabilidad de esos magníficos recintos feriales gestionados en la mayoría de los casos por empresas públicas, llegando en más de un caso al borde del cierre y la liquidación; en segundo lugar, la recesión ha desanimado a empresas y expositores a acudir a estas ferias, manteniéndose sobre todo las ferias de raigambre internacional, como puede ser Fitur.
En el caso de las ferias más especializadas, como las que se enfocan al turismo interior y al turismo rural, que han contado con un mayor apoyo institucional para subsistir, en estos momentos se percibe una sensación de debilidad y atonía que en algunos casos llega a la eliminación y a la espera de mejores tiempos, como ha ocurrido a principios del mes de noviembre con una feria tan consolidada como Agrotur, que abría sus puertas todos los años este mismo mes y que aglutinaba más de diez mil visitantes.
Es preciso confiar en que no ocurrirá lo mismo con nuestra feria de turismo de interior (Intur), si bien, se han detectado este año síntomas preocupantes de crisis del sector, tanto en el número de visitantes profesionales que han pasado por el recinto ferial como por la disminución de empresas con stand propio en la feria.
Creo que tanto estos recintos feriales como la organización de este tipo de eventos, precisan de nuevos enfoques y nuevos planteamientos capaces de reinventar la promoción y comercialización del sector turístico, y no estoy pensando en la utilización de recintos feriales como el de Valladolid como sede de macrofiestas o cotillones de nochevieja.