Varias provincias españolas trabajan desde hace unos años para conseguir por parte de la UNESCO el reconocimiento como Reserva del Cielo Nocturno, por el cual, todos los ciudadanos tenemos derecho a un cielo nocturno no contaminado que permita la contemplación del firmamento. Sin duda, la luz que emiten las estrellas, forma parte del patrimonio natural y es un derecho al que no podemos renunciar. Sin olvidar el componente ambiental, es preciso señalar el componente turístico y cultural, en definitiva económico, que está muy ligado a ese desarrollo sostenible soñado por todos.
Nuestra provincia en este sentido tiene mucho que decir, si bien, no debemos olvidar que no estamos solos en el objetivo final y que muchos territorios están volcando sus fuerzas políticas, económicas y sociales en conseguir este reconocimiento, que será un punto de inflexión en el desarrollo turístico del territorio elegido.
Pero sin duda, es necesario realizar un esfuerzo paralelo por parte del sector privado que engloba el turismo rural de nuestra provincia. Ante la inminente aprobación del Decreto por el que se regulan y ordenan las categorías de los alojamientos de turismo rural en nuestra región, con la consiguiente clasificación en estrellas verdes similares a las estrellas convencionales de nuestros hoteles, el empresario de turismo rural tiene que estar el primero en el punto de salida y entender que se nos abren las puertas de la promoción hacia el exterior de nuestros alojamientos, que estamos echando en falta en estos momentos de parálisis y retraimiento de la demanda nacional.
Hasta este momento no nos habíamos planteado la trascendencia de las estrellas en el devenir de la actividad turística, social y económica de nuestra provincia, pero sin duda, que el éxito futuro tiene que venir del esfuerzo colectivo de todos los agentes implicados, administraciones, asociaciones empresariales, ecologistas, barrios, colegios, etc, que tiren con fuerza de esta iniciativa desde el principio, que la hagamos creíble fuera de nuestras fronteras, que nos olvidemos de ser referente internacional para ser referente de nosotros mismos, en definitiva, que de una vez por todas, consigamos ser estrellas y no acabar estrellados como de costumbre