Estamos asistiendo en estos últimos meses a un continuo llamamiento a la sensatez y a la cordura en la gestión de todas y cada una de nuestras administraciones públicas, motivado principalmente por la galopante crisis global que nos inunda.
Como no era de extrañar el sector turístico no puede quedar ajeno a esta ola de raciocinio y así ha quedado demostrado días atrás, con la presentación por parte de nuestra consejera de Cultura y Turismo, del Plan Integral de Turismo, que tiene a mi entender un hilo argumental básico, consiste en la sencilla idea de ir todos de la mano y de forma conjunta en el desarrollo del denominado turismo de interior.
Ya iba siendo hora que las comunidades autónomas que tienen algo que decir en esta materia, se sienten en una mesa y proponga estrategias de forma conjunta; llevamos varias décadas atónitos al observar que tenemos diecinueve tipologías de turismo rural en España, que un turista francés que reserva un alojamiento de turismo rural en Andalucía nada tiene que ver con un alojamiento de turismo rural en Asturias. Habíamos comenzado en Castilla y León a clasificar nuestros alojamientos de turismo rural con espigas, en otras regiones con llaves,..; les denominamos cortijos en Andalucía, agroturismo en el País Vasco,..; ¿es que necesita un cliente de turismo rural en nuestro país un manual que le ayude a entender las características del alojamiento elegido?. Creo que tenemos que ser capaces de copiar lo que ya existe y funciona desde hace años, me refiero a la calificación de nuestros hoteles mediante las conocidas estrellas que varían en el número atendiendo a su categoría; pongamos de acuerdo a las comunidades autónomas y decidamos de una vez una calificación similar en todas.
Por último, es de alabar el esfuerzo realizado para firmar hace unos días en nuestra región, el Pacto sobre el Turismo de Castilla y León, una declaración de intenciones pionera en nuestro país, un acuerdo donde están representados todos los agentes económicos y sociales que tienen algo que decir sobre el turismo, pero que sin duda tiene que ir dando pasos firmes para que se convierta en una hoja de ruta real y efectiva del sector. Tan solo señalar el olvido de un colectivo que fue la semilla del turismo interior en nuestra región, los grupos de acción local, impulsores del desarrollo rural en nuestras comarcas a lo largo de estas últimas décadas, responsables de la gestión de fondos europeos destinados en un alto porcentaje al turismo interior tanto desde el punto de vista público como privado.