Por lo general, los trazos nos definen las dimensiones de la obra que nos disponemos a pintar, el camino que enmarca y define el nacimiento de un paisaje, un bodegón o un retrato de familia; de la misma forma que vamos esbozando nuestra obra así surgió un proyecto singular e innovador a todas luces, sin la parafernalia y los recursos de otras iniciativas mucho más populistas que se quedaron en el camino; este proyecto que ha sabido llevar de la mano la ilusión y el trabajo durante más de trece años a muchas personas que habitan en esos pequeños pueblos de nuestra provincia y que lamentablemente ahora quieren “fusionar”, “anexionar” o “demarcar”, que luchan día a día con imaginación y esfuerzo por no tener que abandonar la casa que les vio nacer.
La idea surgió en un principio, valorando la posibilidad de relacionar la cultura de la mano de la pintura con el turismo; se planteaba que los propios vecinos de los pueblos dibujaran en un lienzo los lugares de más atractivo turístico para el potencial visitante, para que mediante un catálogo o una exposición, sirviera para dar a conocer las riquezas de nuestro patrimonio natural y artístico. El proyecto creció por la ilusión de las gentes de la comarca y por el trabajo de un gran maestro, que no se desilusionó cuando le fueron cerrando las puertas los apoyos institucionales, comenzó en Barca y ya son siete las poblaciones que se han integrado en el proyecto y que todos los años concluyen su formación con una exposición magnífica, con más de ciento veinte obras, que se puede disfrutar en estos momentos en Soria capital.
Tuve la suerte de poder convivir con algunas de estas artistas, que han descubierto en la pintura una llama de esperanza que había quedado sepultada tras el paso del tiempo, que les ha dado la posibilidad de volver a convivir en torno a un lienzo y a las enseñanzas de un paciente y admirado profesor. Pero no se trataba de una acción formativa al uso como se conoce habitualmente, llevaba consigo una importante carga de animación y dinamización social, hasta tal punto que en varios pueblos ha sido el germen de una asociación cultural, capaz de articular y diseñar las actividades que se programan a lo largo de todo el año.
Estamos convencidos que la conjunción de arte y sociedad rural, pueden ser capaces de aunar esfuerzos y conseguir sacar de la agonía a nuestros pequeños pueblos necesitados de un pincel mágico que les señale los trazos de un futuro mucho más prometedor e ilusionante; por todo ello, gracias Jaime.