Hemos tenido que esperar al año 2013 para legislar una serie de medidas diseñadas en teoría para facilitar el camino a ese nuevo perfil social y laboral que denominamos emprendedor. Entiendo que la persona con iniciativas, con proyectos, en definitiva con aptitud empresarial ha existido desde los albores de la historia, en especial si nos referimos a la actividad comercial, pieza básica de cualquier economía por muy ancestral que sea. Nos hemos cansado de repetir que la economía de nuestro país se sustenta en esas microempresas, pilotadas por los autónomos, término poco asimilable a la realidad y perfil de la persona que se lanza a una actividad empresarial por su cuenta, pero que en la mayoría de los casos carece de esa independencia o autonomía que exige el sustantivo, por el contrario, se da la paradoja de ser cuando se comienza a depender de una manera exagerada de entidades financieras, proveedores y morosos en general.
Nos encontramos en estos momentos en un impás angustioso para un gran número de desempleados que van finiquitando el cobro de sus prestaciones y se encuentran abocados a seguir en el paro por falta de ofertas de empleo tanto en el sector público como en el privado. Ante esta situación, están proliferando perfiles de pseudoemprendedores, animados en muchos casos por una situación extrema de subsistencia, que se juegan a la ruleta rusa su última oportunidad de volver al camino del mercado laboral, aunque sea por cuenta propia y sobre todo y quizá lo más peligroso, promoviendo una actividad desconocida y con escasos mimbres dentro del complicado mundo empresarial.
Nos hemos quejado siempre de la excesiva burocracia que acompaña a cualquier iniciativa emprendedora hasta que ve la luz, sin olvidar su prolongación en el tiempo que puede llegar a desanimar a más de uno. Si bien, ya estas dos premisas se han resuelto en la actualidad, pudiéndose poner en marcha una empresa en cuestión de horas con una mínima burocracia, centralizada en una sencilla tramitación vía internet. Ahora nos queda a mí entender, la labor principal en el ámbito del emprendimiento, que consiste sencillamente en formar e informar desde el primer momento a nuestros estudiantes en este complejo mundo de la empresa, la innovación y el emprendimiento. No es cosa de meses ni de años y llevamos bastantes décadas de retraso de esas sociedades vecinas que denominamos avanzadas y ninguna ley hará cambiar el perfil de muchos españoles que se siente mucho más cómodos trabajando por cuenta ajena y si es para alguna administración mucho mejor.